La Tierra, nuestro hogar, es ideal para nosotros. Tiene en abundancia todos los recursos que necesitamos para vivir: un suelo sólido, agua dulce, oxígeno, una magnetósfera que protege nuestra atmósfera (y a nosotros) de la radiación solar, entre tantas otras cosas de las que dependen todas las civilizaciones humanas. Sin embargo, nuestro pequeño y pálido punto azul en el espacio no siempre fue así. Muchos sucesos y millones de años fueron necesarios para que desarrolle las condiciones que hoy tiene y que permiten la vida. Pero ¿Cómo fue este proceso? Aun más, ¿Cuándo apareció la vida en nuestro planeta? A continuación, te lo contamos. La Tierra es uno de los planetas rocosos del interior de nuestro sistema solar. Se calcula que, en este momento, el sistema solar está en la mitad de su vida, lo que significa que, dentro de otros 4500 millones de años aproximadamente, el final de la Tierra sobrevendrá, y también el de todas las criaturas vivientes que habiten en él. Quién sabe si el ser humano continuará subsistiendo para entonces. En comparación con la larga vida de la Tierra, el humano ha vivido apenas unas décimas de segundo. La historia de la Tierra comienza con un pasado violento, sofocante y tóxico, incompatible para la vida; esta faceta de nuestro planeta, sin duda, nos resultaría muy poco amigable, y era más parecida al infierno que es hoy Venus. Con el paso de cientos de millones de años, la Tierra fue adquiriendo, poco a poco, las características que la convirtieron en el paraíso habitable que es hoy. Hasta ahora, no conocemos ningún otro planeta con las características de la Tierra, pero eso no significa que los planetas observados hasta ahora no estén sino en una etapa primitiva, aún poco amigable para la vida, al menos, tal como la conocemos. Durante la mayor parte de su existencia, la Tierra fue uno de esos planetas hostiles. Las criaturas vivientes primitivas surgirían en los océanos y, con el tiempo, se fueron complejizando y diversificando. Mucho después, la atmósfera adquirió las características necesarias para proteger a la vida de la radiación peligrosa, y animales y plantas comenzaron a colonizar tierra firme.
Pero esta lenta evolución también ha estado marcada por eventos violentos y nada menos que cinco extinciones masivas, que han aniquilado a incontables formas de vida, y cuyas supervivientes mejor adaptadas son los antepasados de todas las criaturas que habitan hoy la Tierra.
La de nuestro planeta es una historia llena de eventos catastróficos, pero también de periodos de absoluta e inviolable tranquilidad, de continentes cambiantes, océanos llenos de peligros, volcanes en erupción y la inexorable lucha de la vida por adaptarse y subsistir. Remontémonos a hace 5000 millones de años en el tiempo, no tendríamos un suelo donde poder posar los pies. Contemplaríamos, en cambio, un anillo de polvo en torno a una estrella recién nacida. Estamos asistiendo al nacimiento de nuestro sistema solar.
Tras algunos cientos de millones de años, la gravedad fue obrando su magia para ir convirtiendo el polvo en rocas, y las rocas, en un protoplaneta.
Si avanzamos a 4500 millones de años nos encontraremos una gran bola de roca fundida, ardiente, como un infierno. Esta es nuestra tierra. Se calcula que, cuando nació, la Tierra contaba unos 1200 centígrados de temperatura en su superficie; probablemente había vapor de agua, dióxido de carbono y nitrógeno, pero no oxígeno. Tampoco había continentes como los que existen en la actualidad, sino un océano de lava. Por estos tiempos un joven planeta del tamaño de Marte llamado Theia viajaba a 15 kilómetros por segundo, 20 veces más rápido que una bala, hacia la Tierra. Seguramente se trataba de otro protoplaneta rocoso recién nacido en el interior de nuestro sistema solar.
Finalmente, se produce un choque planetario, expulsando gran cantidad de material hacia el exterior. Los escombros de la colisión son lo que más tarde daría forma un satélite natural. Pero, antes de formarse, seguramente permanecieron en forma de anillo, como los de Saturno, durante unos cuantos millones de años. Así se formó nuestra Luna.
Por aquel entonces, la Tierra giraba más rápido, y un día duraba solo seis horas, muy poco comparado con lo que dura en la actualidad. Hace 3900 millones de años: el agua comienza a gobernar la Tierra.
Hay dos hipótesis sobre la presencia de agua líquida en la Tierra. La primera es que fue llenando la superficie poco a poco al caer viajando en asteroides que golpearon nuestro planeta durante 20 millones de años. La otra posibilidad es que el agua habría estado presente desde el principio, oculta bajo la corteza.
En este momento de la historia de la Tierra, los océanos gobiernan nuestro planeta. Pero todavía no hay ni rastro de ninguna forma de vida, ni tan siquiera microorganismos. Pero, no faltaba mucho para que surgieran los primeros rastros de vida en la tierra. Según la teoría de la panspermia, pudieron ser los meteoritos quienes transportaron los aminoácidos esenciales para la vida y los depositaron en el fondo de los océanos. Para este entonces el agua contiene organismos unicelulares, las primeras formas de vida sobre la Tierra. También existen otras teorías de como se origino la vida en la tierra, como la de la generación espontánea y la de la sopa primitiva, pero esas serán para otro video.
Hace 3800 millones de años: nacen las primeras islas.
Las islas volcánicas comienzan a irrumpir en la superficie, surcando los océanos. En el futuro, estas islas se unirán para formar los primeros continentes. La actividad volcánica comienza a llenar la atmósfera de dióxido de carbono. Hace 3500 millones de años surge la vida compleja que fueron unas colonias de bacterias llamadas estromatolitos, son las primeras formas complejas de vida de la Tierra. Los estromatolitos comienzan a hacer la fotosíntesis, transformando dióxido de carbono en glucosa, y expulsando oxígeno al exterior. Los estromatolitos comienzan, poco a poco, a llenar el océano de oxígeno.
Durante cientos de millones de años, los estromatolitos continuaron llenando el océano de oxígeno, y la atmósfera se fue formando y engrosando. Estas colonias de bacterias prepararon el terreno para la llegada de otras formas de vida sobre la Tierra. Avanzando a 1500 millones de años, la rotación de la Tierra continúa ralentizándose, y ahora los días duran 16 horas. Tras millones de años de tectónica de placas, se ha formado el primer supercontinente, Rodinia, muy árido en su interior.
Finalmente, hace unos 800 millones de años, Rodinia comenzó a fracturarse por la fuerza del calor interno de la Tierra, cuyo núcleo sigue fundido. Hace 750 millones de años, tras la intensa actividad volcánica que motivó la fractura de Rodinia, se produce mucho dióxido de carbono, que es absorbido por las rocas. No hay suficiente dióxido de carbono para atrapar el calor del Sol en la atmósfera, lo que provoca un cambio climático y una bajada masiva de las temperaturas. Entramos en la más larga e intensa glaciación global de nuestro planeta, en la que prácticamente toda la superficie de la Tierra se mantuvo cubierta de una capa de hielo de unos tres kilómetros de grosor, y la temperatura media del planeta se situaba en menos 50 grados Celsius.
Avanzando a 540 millones de años, Mientras la Tierra se hallaba envuelta en una capa de hielo, bajo la corteza helada, el agua líquida continuaba haciendo prosperar la vida. Conforme el hielo se va derritiendo, hace unos 540 millones de años, se produce lo que los paleontólogos llaman la explosión cámbrica, es decir, la explosión de vida del Periodo Cámbrico.
Ahora, los días duran 22 horas, las temperaturas vuelven a ser suaves y, bajo el agua, surgen multitud de formas de vida multicelulares asombrosas, decenas de miles de especies vegetales y animales: algas, trilobites, esponjas, gusanos, anomalocaris, entre otros. Estos animales son los antepasados de los actuales insectos. También aparecieron las picaias, una incipiente espina dorsal. Hace 370 millones de años, bajo el agua, las criaturas estaban protegidas, pero la vida sobre el terreno no sería posible sin la capa de ozono. Tanto oxígeno derivado de la explosión de vida bajo el mar llenó la atmósfera que, reaccionando con la luz solar, creó un nuevo tipo de gas llamado ozono. El ozono puede absorber la radiación letal del Sol, con lo que ahora la vida es posible sobre tierra firme. El engrosamiento de la capa de ozono fue el motivo de la aparición de las primeras especies vegetales sobre la tierra.
Pero los animales de la Explosión Cámbrica tuvieron que enfrentarse a la extinción masiva del Devónico-Carbonífero. Algunos de los supervivientes saldrían del agua y comenzarían a colonizar tierra firme poco después.
Con el tiempo, los animales fueron llenando la Tierra. Estamos en plena Era Paleozoica, cuando los insectos de gran tamaño gobernaban el planeta, como la meganeura. El huevo y la semilla fueron los grandes avances evolutivos de esta etapa, que hacían que los animales y plantas dejaran de depender del agua para colonizar tierra. Aparecen los primeros reptiles, que comienzan a dominar la Tierra. Hace 252 millones de años, es el fin de la era de los reptiles, durante millones de años, otro tipo de grandes animales dominaron la Tierra. No eran dinosaurios, sino reptiles de gran tamaño, como los gorgonópsidos. La mayoría pereció tras la extinción masiva del Pérmico-Triásico, la tercera gran extinción que sufriría la Tierra, y la mayor que jamás ha experimentado.
El 95 % de las criaturas vivientes perecerían, y las especies que sobrevivieron heredarían la Tierra. Remontándonos a 190 millones de años en el pasado encontramos la separación de Pangea.
Pangea marca el final de la Era Paleozoica y el inicio de la Era Mesozoica. Los fragmentos de Pangea serán un remanente de lo que hoy son nuestros continentes actuales.
Los cambios de la superficie de la Tierra obligan a los animales a adaptarse a las nuevas condiciones. Los grandes saurios dominan ahora la tierra y los mares. Hace 66 millones de años, el reinado de los dinosaurios se vio amenazado, y finalmente destronado, por el impacto de un asteroide de 11 kilómetros de diámetro. Las consecuencias del impacto provocaron la quinta extinción masiva del planeta, la conocida como extinción masiva del Cretácico-Paleógeno. El 76 % de las especies desapareció, incluidas todas las especies de dinosaurio, excepto los antepasados de las aves.
Esta fue la gran oportunidad para los mamíferos, que por aquel entonces eran solo pequeños roedores. Estos fueron capaces de sobrevivir bajo tierra alimentándose de raíces y granos, subsistiendo al cataclismo y pudiendo prosperar. Y de esta manera nos remontamos hasta nuestros días. el Antropoceno
Algunos científicos hablan del Antropoceno, la era del ser humano, como una nueva etapa geológica de la Tierra, debido a las profundas consecuencias de la actividad de nuestra especie sobre la Tierra.
En la actualidad, se observan las evidencias de otro cambio climático, acelerado por la actividad industrial humana, y el inicio de una sexta extinción masiva.
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